Diseñado por Francisco Gradaille (Plantagenet y
Onoda) y con arte de
Jasper Rietman y diseño gráfico de Joao Duarte,
Habemus Papam es un juego de 3 a 6 jugadores, sumerge a los jugadores en las profundidades de la política vaticana, donde cada cardenal participante busca no solo elegir al Papa que le conviene, sino también asegurar el futuro de la Iglesia según su propia visión.
Los cardenales deberán manejar cuidadosamente su influencia en la curia romana, guardando celosamente secretos que podrían elevar o destruir candidaturas, mientras mantienen una imagen de piedad ante sus pares y los fieles. Cada jugador o jugadora deberá tejer su propia red de aliados, sabiendo que la lealtad puede ser tan efímera como el humo que señala el resultado de cada votación. Los cardenales más astutos sabrán cuándo revelar sus cartas y cuándo mantener sus verdaderas intenciones ocultas bajo el peso de sus capelos rojos. El arte delengaño se entrelaza con la necesidad de construir coaliciones creíbles, creando un delicado equilibrio entre la ambición personal y el bien mayor de la Iglesia.
El uso estratégico de la influencia es fundamental en el juego. Este recurso tiene una doble función: la influencia es la moneda de cambio para jugar cartas poderosas e influir en la votación, pero también son tus puntos, así que úsalos con prudencia. En cada ronda, ganas más influencia al promover tus intereses a través de candidatos que obtienen un amplio apoyo, pero la negociación es crucial.
Forja alianzas, elimina amenazas y supera a tus rivales para asegurar el dominio de tu facción. La deducción juega un papel fundamental, ya que descubrir los motivos ocultos de los demás puede cambiar el equilibrio de poder.
Al final de cada una de las cuatro primeras rondas, el cónclave puede declarar una «Fumata Blanca» —coronando a un Papa y desencadenando la puntuación final— o una «Fumata Negra», lo que indica otra ronda de intrigas. Si no se elige a ningún Papa después de cinco rondas, el juego concluye con o sin pontífice, y se calcula la puntuación final.